Ceuta es un paraíso para los contrabandistas y un punto de tránsito para todo tipo de tráfico clandestino. Cada día, se produce el mismo ritual. Las «mulas», que tienen permisos de día, cruzan la frontera entre Marruecos y España, cargadas con bolsas a la espalda que pesan hasta 80 kilos. Para esta tarea se suelen utilizar más mujeres que hombres, ya que parece que las detienen con menor frecuencia. El contrabando entre los dos enclaves españoles y Marruecos representa entre el 40 y el 50 % del PIB de Ceuta y Melilla.