La «cerca corredera» consistía en una valla cubierta con un velo de 24,5 millas de largo, desplegada por las colinas de los condados de Sonoma y Marin, en el norte de California. El proyecto, cuyo objetivo era actuar de enlace entre las culturas suburbanas, urbanas y de carretera, congregó a los ganaderos locales, que nunca solían pensar mucho en el arte. De repente, se vieron unidos con sus vecinos para ayudar a montar esta enorme instalación. Una valla que unió, cuando las vallas de hoy se esfuerzan por dividir.